miércoles, 7 de octubre de 2015

LA NECESIDAD DE FORMARSE EN LA DOCTRINA.









Releyendo al General, se advierte claramente la importancia que éste asignaba a la formación de los cuadros peronistas y lo esencial que para tal objetivo resultaba ser la doctrina.

Si bien es cierto que el General se refería, al menos en los párrafos que yo leí,  a la "Escuela Superior Peronista", también es cierto que hoy en día, mucha de esa tarea de formación se da en los centros de la militancia, sea que se trate de unidades básicas, casas, centros culturales, club de barrios o cualquier otra denominación.

Enseñaba Perón que la doctrina del Movimiento Nacional Peronista, debía ser mantenida y desarrollada. Una doctrina concebida y ejecutada por Perón, que luego fue puesta a consideración de todos los argentinos.

Perón consideraba que esa, su doctrina, no estaba suficientemente desarrollada -al menos era lo que pensaba en 1952- por lo que ponía en cabeza de cada uno de los justicialistas argentinos " ir poniendo su colaboración permanente hasta desarrollar el último detalle de esa doctrina", para presentar luego una doctrina mas sintética y mas completa que la por él concebida.

Advertía Perón que tal misión no era de fácil factura, por el contrario, sostenía que desarrollar y mantener la doctrina, para luego "formar cuadros" y "capacitar a los conductores", eran o resultaban objetivos de largo alcance, de "extremada dificultad" y de un trabajo permanente.

El General  describía este proceso como el "proceso natural que la inteligencia pone en marcha para todas las concepciones y creaciones de la vida"; así, explicaba que el análisis es lo que permite la consistencia ideológica de la doctrina, luego, de ese análisis y desarrollo surgirían, o surgen, millones de facetas no alcanzadas o percibidas por el autor de la doctrina, quien, a través de la conclusión final -pasando previamente por una nueva etapa de análisis-  la completará y perfeccionará.

Las doctrinas no son eternas, sino en sus grandes principios, es necesario ir adaptándolas a los tiempos, al progreso y las necesidades. Y ello influye en la propia doctrina, "pues una verdad -sostenía Perón- que hoy nos parece incontrovertible, quizá dentro de pocos años resulte una cosa totalmente fuera de lugar, fuera de tiempo y fuera de circunstancias."

"Una doctrina hoy excelente puede resultar un anacronismo dentro de pocos años, a fuerza de no evolucionar y de no adaptarse a las nuevas necesidades" (Perón).

Ahora bien, la doctrina por la doctrina misma no tiene mucho sentido, al menos para los peronistas, Lo importante de la doctrina -además de la consistencia ideológica claro- es la posibilidad de inculcarla. 

Resalto la palabra "inculcarla", pues Perón no habla que la doctrina debe transmitirse, o enseñarse, dice inculcarla; que para el pensamiento de Perón significaba que no era suficiente conocer la doctrina: lo fundamental es sentirla, y lo más importante es amarla. Para Perón no alcanza con solo tener el conocimiento, incluso tampoco alcanza tener el sentimiento, lo que resulta imperioso para Perón es tener MÍSTICA, que es la verdadera fuerza motriz que impulsa a la realización y al sacrificio para esa realización.

Las doctrinas, sin esa condición de mística para quienes la practican, no tienen absolutamente ningún valor.

Los intelectuales tienen las teorías, los peronistas tenemos las doctrinas, Sostengo esto, en la inteligencia que Perón asignaba a la cuestión, cuando afirmaba que "la fuerza de realización está en la doctrina y no en la teoría. La doctrina, una vez desarrollada, analizada y conformada, debe ser artículo de fe para los que la sienten y para los que la quieran. La teoría es solamente la interpretación inteligente de la doctrina y la forma de ejecutarla es ya la acción mecánica en el empleo del esfuerzo para llevarla a cabo.

"...Por esa razón, lo primero es articulo de fe -como ha dicho la señora de Perón- lo segundo es de la inteligencia; y lo tercero es del alama y de los valores morales..." (Juan Domingo Perón)-

Por tal razón el General sostenía que la formación de cuadros no se agotaba en la función de "enseñar" la doctrina, de lo cual surgían los "eruditos", sino que la doctrina debía "inculcarse" pues de ello surgían los "apóstoles" de nuestra doctrina.

Finalmente vaya mi abrazo y reconocimiento a todos aquellos compañeros/as militantes que día a día se forman e inculcan la doctrina peronista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario